Podemos depositar nuestra confianza en el Señor, porque él nos escucha cuando clamamos.
Este salmo, ha de ser nuestro recordatorio, cuando nos sintamos acosados; hemos de recordar que es el Señor del universo quién lucha por nosotros y nos defiende; él dice que quien toca a un hijo suyo, es como tocarle la niña de sus ojos.
David, en este salmo de seguro se sintió tremendamente angustiado y triste, puesto que su enemigo era su propio hijo; en el verso cinco, él reflexiona acerca de la protección de su Señor para con su siervo a pesar de las circunstancias, y dice: "Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba."
Que este sea nuestro sentir, ante cualquier adversidad que venga a nuestra vida.
Atte. Hno Marvin
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